Fui interceptada por unas chicas para responder a una encuesta sobre la Ley de Talles. Respondí de la manera más sincera que se me ocurre, sé que es necesaria la ley, que el porcentaje es alto de aquellas personas que realmente necesitan de ella, que a nadie más que a estas personas les interesa; porque, como dijo Paula, somos las mujeres invisibles, las que pasan de largo. Sin embargo somos más, y la lucha de tantas es la motivación, para subirnos a la pasarela, ponerle una sonrisa al flash, y salir adelante...
El viernes 10 de octubre de 2014, 20 modelos extra large, extra invisibles, fuimos extra lindas. Porque ser invisibles ya no es algo que esté en nuestra idea, porque ya no es necesario que nos ocultemos, o que reneguemos en silencio, o que volvamos con angustia de alguna tienda de ropa en la que, sin alguna anestesia, se dieron el lujo de decir tranquilamente "TENGO, PERO NO PARA VOS..." o "MMMM ME FIJO PERO NO CREO QUE HAYA" "NO NEGRI, TRABAJAMOS HASTA EL 40 NO MÁS"...
No puedo contar las veces que lloré sola en casa, por verme... por ver las perchas y perchas y perchas de ropa que ya no voy a ponerme, por volver de una tienda donde los jeans no me entran y la panza sobresale por los costados, por atrás, por delante... y me quejo, y me arrepiento de comer una porción más, porque después me enojo, me lleno de ira ante los comentarios tan cortos como "Están gordas porque quieren" "En vez de ley de talles que pidan dietas y se asesoren porque están enfermas"... tampoco puedo contar las veces que me aguanté las nauseas ante la gente que se sorprendía de los kilos que voy aumentando, tantas sugerencias tantos prejuicios tantos comentarios que no hacen falta, porque solo yo, solo yo sé lo que quiero.
Las mujeres extrainvisibles fuimos tocadas por la varita mágica de las chicas Pum, quienes permitieron en este último mes y medio que nos encontráramos con las nosotras que estaban detrás de esa figura que nos vendieron desde chiquitas, las mujeres que se ríen, que baila, que caminan en tacos enormes, que caminaron la misma pasarela que las profesionales, las mujeres que aprenden a cuidar su rostro, a vestirse según su tipos de cuerpos, las mujeres tiradas en el suelo respirando profundo, soltando el cabello, amándose nuevamente.Una oportunidad, una caradurez, un sueño, un deseo, una de esas cosas que quizás suceden una vez en la vida y que no es sólo para mi, no! porque a pesar de que esta es mi historia, mi momento, parte de un sueño, un capricho, un evento más o menos en mi vida, es la lucha de todas, todas las mujeres que merecen ser, verse, sentirse como quieren, no como pueden, porque acá sigue siendo así, nos ponemos lo que podemos, lo que entra, lo que llegamos a comprar, no lo que queremos vestir, lo que nos ayuda, lo que nos destaca. Porque también pensamos livianamente en que la imagen no es todo, que lo importante va por dentro, que si somos bellas personas no importa el aspecto que llevamos, porque ser amada es ser esencialmente hermosas, pero no le resta importancia a la necesidad de ir a una tienda y salir conforme con lo que llevamos en la bolsa, con volver a casa con ganas arrancar la etiqueta sea cual sea el talle y salir a la calle, a la vida luciendo como queremos.
Ser amada es ser esencialmente hermosa...
Soy joven, soy linda, soy libre y estoy en lucha, comparto esta lucha, porque ya nos bajamos de la pasarela, ya se apagaron las luces, ya no suena el mambo italiano ni Gloria Trevi, y eso me hace feliz, porque en este mundo real, donde tengo que caminar todo los días, en el que no hay flashes, hay mujeres como yo, que aman, sueñan, ríen, bailan y luchan....
Soy joven y este es sólo un paso, porque si hay que soñar, que sea en grande.
¡YO APOYO LA LEY DE TALLES!
Daniela Bilche
LOCA?? DOCTOR!!!
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