domingo, 7 de septiembre de 2014

HOMBRE QUE ESPERA

Si a nadie le importa saber que me nombras,/
si de todo te olvidas, cabeza de novia...
EVARISTO CARRIEGO

Sobre el piano, el cuaderno de tapas azules que te olvidaste. No quiero ceder a la tentación de revisarlo. No sea cosa que mi nombre esté escrito en sus páginas, como en los versos de Carriego y a mí sí que me importaría saber si me nombras.
Por momentos  me siento compelido a abalanzarme sobre el cuaderno, como si fuera un enemigo peligroso, pero me detiene el tranquilo sueño de Set, el gato persa blanco que duerme sobre sus hojas y, ya se sabe, no es bueno despertar a los gatos, es de mal augurio.
Las tapas azules ejercen un extraño poder sobre mí. Tanto, que sé que no me iré de la habitación sin saber el contenido de las hojas, quizá para saber si debo perder las esperanzas para siempre o para que sea el día más feliz de mi vida.
Tantos años esperé un momento así que hasta me parecía imposible que alguna vez iría a llegar. Desde aquella vez en que estaban en quinto grado y te eligieron la reina del curso el Día de los Estudiantes, título que revalidaste siete años más tarde representando a nuestro colegio en la estudiantina.
Intenté varias veces saber estirando la lengua a tus amigas pero nunca tuviste amigas, es decir, nunca has hablado de tus cosas con nadie y es por ello ni con el más hábil interrogatorio (arte que aprendí en la escuela de periodismo) pude sacarles algo.
Nunca en mi vida he sido directo, siempre he utilizado los circunloquios, vicios de mi profesión, para decir o saber algo. La gente dice toda la verdad cuando no se le inquiere de manera directa sino a través de preguntas transversales y tangenciales que apenas sí rozan el tema sobre el cual se quiere saber.
Así obtuve mis más grandes reportajes, como aquél en el que le hice reconocer a un general la veracidad de una fuga de información con destino a  Itamaratí O cuando la diva de la TV confesó que su secretaria era su amante desde hacía varios años.
Pero con vos no funcionó nunca.
Pero por una simple razón.
Nunca lo intenté.
Por temor a que la repuesta fuera negativa.
Miedo al rechazo. Justamente yo con miedo. A quien elogian por la valentía de las notas denunciando el narcotráfico y la corrupción en las más altas esferas gubernamentales y empresariales.
Sí ...miedo.
Siempre preferí vivir con la secreta ilusión de que me nombres en silencio a afrontar la posibilidad de saber para siempre que no debo guardar esperanzas.
Por eso mi silencio cuando estábamos solos.
Por eso el alarde de mi erudición inútil, útil solamente para huir
Solamente con vos me ocurre.
Set se está moviendo.
Mis manos no dejan de temblar y un sudor frío me recorre la columna y las mejillas se me encienden...García Marquéz dijo que el amor tiene los mismos síntomas del cólera.
Set  estira primero una pata delantera, luego la otra y comienza a acicalar sus uñas. Bosteza, me mira con esa mirada que tienen los gatos y pareciera que me guiñara un ojo.
Salta luego a mi regazo y vuelve a dormirse.
El cuaderno de tapas azules sigue sobre el piano, ya libre del peso del animal pero, ya sabemos, no es bueno despertar a los gatos.

Roque Orlando Miranda y Ortiz

03-12-03

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