Me duelen, porque me pregunto una y mil veces si es posible, de repente, fantasear con lo que fue, lo que hubiera sido si... Si hubiera hecho determinadas cosas... mi cabeza no tolera eso que muchos llaman realidad, eso que queda escrito en los diarios de quienes no saben soñar; y nosotros, yo... que sueño de más, no puedo parar de pensar. De soñar. De creer. De negar.
Nunca me pregunté si dejaste de soñar.
Quiero que alguien me diga, que me convenza que se puede corta el dolor. Que se puede ser fuerte, de pronto, con una dosis de algo, para ser un gran reciliente, para volver a sonreír... Que alguien me cuente de donde se sacan las fuerzas ante una pérdida de ese alguien que se amaba tanto, esa persona que se hizo gigante ante las dificultades y se hizo madre, y hermano, y protector... Y ya no esté.
¿Se puede ser feliz?
Yo no se tantas cosas... Yo no se ya si está bien o mal. Sólo sé... que entregué mi tiempo en caricias vacías que pretendía que curaran, o acompañaran en una tristeza inmensa de creer en la gente.
Te lo dije... Está la luz, y la oscuridad... Malditos sean los grises que nos matienen en esta monotonía. Yo quiero ir a la luz, quiero claridad.
No puedo darte un beso con rouge, no puedo sonrojarme cuando digas un alago vano, no puedo hacer que tus ojos brillen, pero puedo dar de mi para hacerte sonreír, aunque sea un momento.
No soy la chica que recibe flores, no soy la que recibe mensajes a la madrugada, ni la que compra chocolates para dos.
Sólo soy yo.
Desgracia del País de las Maravillas, del otro lado de los espejos... No estás vos ahí, ni tampoco estoy yo realmente... quiero estar ahí, porque esa mínima parte de la realidad que a veces vivo no me gusta, me esta asesinando.
Estoy. Desaparezco. Por esperar.
Esperar que ese alguien me abrace, sobre todo, porque se que es imposible.
No lo puedo creer... maldita realidad; ¡si me gustas! ¡así, viejo! pero lejos, lejos en el cuerpo, lejos en el tiempo: perdidos en el tiempo, creo que me equivoqué en el tiempo de llegar porque vos ya estabas, llegué tarde.
Me duelen los ojos, pero aún miro para atrás, porque quiero saber, estoy deseosa de conocer las fantasías de tu mente, de tu camino, de esos imposibles que nos llevaron a rosarnos.
1 comentario:
realmente me dejaste sin palabras y con mucho en que pensar, tus lineas tienen muchas vivencias acompañadas de dolor, pero lamentablemente a esto le llamamos realidad
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